A menudo nos encontrarás hablando de cómo las plantas pueden cuidar de ti, pero ¿sabías que también son bastante eficaces para cuidarse a sí mismas?
Una reciente investigación realizada en Japón ha conseguido documentar (a través de unos vídeos súper tecnológicos), lo rápidas que son las plantas para responder a amenazas localizadas. Sin cerebro, sistema nervioso ni músculos, es realmente impresionante, así que ¿cómo lo hacen?
Cuando se ven amenazadas, por ejemplo, por una oruga que come (ver vídeo más abajo) o por unas tijeras de podar, las plantas envían señales eléctricas y químicas desde la zona herida al resto de la planta para hacerles saber lo que está pasando. Al igual que un ser humano estresado produce iones de calcio para hacer que el corazón lata más rápido o que los músculos se contraigan, en el modo de lucha o huida, las plantas, sin un modo de huida evidente, por supuesto, también liberan iones de calcio desde las partes de la hoja afectadas.
Estas señales viajan por el resto de la planta a través del sistema vascular para entrar en acción. Estas acciones incluyen un olor poco atractivo para disuadir o interrumpir la digestión de los depredadores no deseados, o un endurecimiento físico de las células de la planta para asegurarse de que sea una comida difícil de masticar.
Con toda esta maravillosa biología que se desarrolla en el precioso follaje verde de las plantas, no podemos evitar preguntarnos si, al igual que las plantas liberan hormonas del estrés cuando se ven amenazadas, también liberan hormonas de la felicidad de las que podemos beneficiarnos, cuando están bien nutridas.