Hay una razón por la que los centros de rehabilitación sacan a los residentes de sus rutinas diarias y los llevan a un entorno completamente nuevo. Cuando se trata de cambiar el comportamiento, cambiar el entorno puede ser una herramienta poderosa.
Unas vacaciones pueden ayudarnos a ver nuestras vidas de nuevo y a cuestionar formas de ser que hemos dado por sentadas. Un cambio de trabajo puede eliminar los desencadenantes que inspiran determinadas acciones. Y una mudanza de casa puede proporcionar el cambio que necesitamos para empezar a comprometernos con esa rutina de correr que hemos estado tratando de implementar.
Ahora, con la previsión de que la cuarentena dure hasta marzo, es poco probable que ninguno de nosotros vaya a un lugar "nuevo" durante un tiempo. Y con el aniversario de las primeras restricciones por el coronavirus en el horizonte, muchos irán por sus casas con la sensación de estar atrapados, tanto mental como físicamente.
Por eso invitamos a nuestros seguidores a que den a sus hogares un cambio de imagen natural este nuevo año. Si esto te parece un truco, escúchanos porque creemos en lo que predicamos, ¡y también lo hacen los psicólogos acreditados!
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Además de demostrar que las plantas ayudan a mejorar el estado de ánimo y el bienestar general, los estudios muestran que cuando hay plantas en nuestro entorno, nuestra actitud en el trabajo mejora (Larsen et al., 1998), nuestro cuerpo se relaja (Park et al., 2016) y es más probable que completemos las tareas (Lohr et al., 1998).
Las investigaciones sugieren incluso que las plantas "frondosas", como las monsteras o los anturios, pueden ayudar a potenciar nuestra creatividad (Shibata y Suzuki, 2002).
Ciertamente, este no es el año para hacer cambios drásticos y agotadores. En una época en la que se nos imponen restricciones desde el exterior, imponerse restricciones severas a uno mismo puede no ser la treta que se necesita.
Pero la ola del Año Nuevo no es únicamente para autoexigirse: es para tener esperanza. Los buenos propósitos tienen que ver con querer lo mejor para nosotros mismos, y con querer ser mejores para los que nos rodean.
Un buen propósito puede basarse en algo concreto (como hacer un ritual de ejercicio, prohibir las pantallas a la hora de comer, llevar un diario) o en algo más abstracto, como ser más paciente o mantener la mente abierta.
La cuestión es que, si estás tratando de hacer un cambio, date la mejor oportunidad de hacerlo creando un entorno en el que prosperes.