Probablemente has comprado gel de aloe envasado o has utilizado un producto cosmético rico en aloe, pero ¿alguna vez has producido el tuyo propio?
El gel de aloe es antibacteriano, antiinflamatorio y está repleto de enzimas saludables que pueden enriquecer tu piel y calmar el cutis irritado. Además, es el post solar de la naturaleza, que quizá necesites ahora que el sol ha aparecido por fin.
Recoger el gel de aloe es muy fácil y una forma estupenda de relajarse. Te prometemos que no querrás volver a comprarlo en la tienda.
Método
- Coge un par de tijeras de jardinería afiladas (unas tijeras también sirven) y corta una hoja a unos 12 cm de la punta (debería crecer una capa protectora en el lugar del corte para preservarse).
- Corta con cuidado la hoja por la mitad a lo largo, para tener el máximo acceso al gel interior.
Para un bálsamo rápido:
- Aplica el gel directamente en la cara, con la parte húmeda hacia abajo (piensa en un aplicador ya preparado).
O bien, para prepararte una mascarilla facial natural:
- Coge una cuchara y saca el gel, ponlo en un pequeño recipiente para mezclar.
- Añade una cucharadita de miel de buena calidad.
- Mezcla el contenido hasta que quede suave.
- Guardarlo en un recipiente cerrado y que se mantenga refrigerado.
Para obtener los mejores resultados, utilizar antes de que transcurra una semana.