En las últimas semanas, probablemente hayas visto imágenes de senderos de bosques, parques y zonas de belleza natural, llenas de basura, circulando por Internet. Poder acceder de nuevo a la naturaleza ha sido un gran alivio para muchos. Al igual que la oportunidad de reunirse con la familia y los amigos. Aunque se ha dado luz verde a la apertura de pubs y restaurantes, muchos optan por reunirse al aire libre, donde se sienten más seguros.
Lamentablemente, una pequeña minoría de excursionistas y veraneantes tímidos está dejando nuestros parques y campos en un estado poco bello. El problema puede parecer trivial, pero tiene un coste económico y medioambiental. Cada año, el gobierno gasta miles de euros del dinero de los contribuyentes en la limpieza de la basura que se deja en las ciudades y el campo del país, pero a menudo es más difícil limpiar las zonas rurales y los bosques, ya que son menos accesibles. Se realizó una encuesta en la que se constató que el 20% de los encuestados admitía haber dejado basura en las zonas rurales.
Por un lado, tirar basura es desagradable porque es antiestético. Los colores brillantes de las bolsas de marca, los paquetes de patatas fritas y las latas (diseñados para destacar) son cada vez más molestos en las orillas de los ríos y las playas.
A un nivel más profundo, tirar basura es más que una ofensa a la estética: hace que nuestro entorno se sienta poco cuidado, denigrado y maltratado. Ahora que nos hemos dado cuenta de lo valiosa que es la naturaleza para nuestro bienestar, el maltrato de estos espacios es aún más vergonzoso.
La mayoría de nosotros nos abstenemos de tirar la basura por una cuestión de cortesía o responsabilidad social. Pero tal vez el problema sería menor si entendiéramos la limpieza como un acto de cuidado.
Cuando respetamos nuestro entorno natural, nos sentimos más conectados con él y es más probable que obtengamos los beneficios de bienestar asociados a pasar tiempo en la naturaleza, como la reducción del estrés y la claridad emocional. Y cuando el entorno natural se mantiene de forma constante, ganamos espacio para hacer ejercicio, mejora la calidad del aire y disfrutamos de la estética, además de establecer una relación psicológica con los espacios exteriores que disfrutamos. La naturaleza tiene mucho que ofrecernos, y si la cuidamos, ella también cuidará de nosotros.
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